Explorando la técnica de eliminación de caries en etapas

Explorando la técnica de eliminación de caries en etapas (TECE)

Como odontóloga, siempre me ha fascinado el equilibrio entre la preservación de tejidos y la eficacia en nuestros tratamientos. Recientemente, he profundizado en un enfoque que combina ambos principios: la Técnica de Eliminación de la Caries en Etapas (TECE). Este método, que podríamos considerar parte de una «endodoncia preventiva», destaca por su capacidad de proteger la pulpa y minimizar riesgos, sin comprometer la calidad del tratamiento.

Un enfoque conservador y estratégico

La TECE se centra en tratar caries profundas de manera progresiva, en dos fases bien definidas. En la primera, eliminamos la dentina infectada superficial, dejando una capa de dentina blanda cercana a la pulpa. Luego, protegemos la zona con materiales como hidróxido de calcio y realizamos una restauración provisional. Esto no solo da tiempo para que el tejido pulpar forme dentina reparativa, sino que también minimiza el riesgo de exposición pulpar que enfrentamos con otros métodos más agresivos.

En mi experiencia, este enfoque cambia radicalmente cómo abordamos las caries complejas. En lugar de apresurarnos a limpiar todo el tejido cariado, adoptamos una mentalidad de «preservación activa” para proteger al paciente de tratamientos más invasivos, como las endodoncias, a la vez que mejoramos la salud general del diente a largo plazo.

Es fundamental realizar una evaluación exhaustiva entre cada fase del proceso. Esto nos permitirá revisar la sintomatología y determinar el tratamiento más adecuado (como decidir si proceder con una endodoncia o esperar) para garantizar el mayor impacto positivo en el paciente.

Conozcamos la ciencia detrás esta técnica

¿Qué sucede con las bacterias que dejamos en esa dentina blanda inicial? Los estudios son alentadores. Por ejemplo, Bjørndal y sus colegas demostraron que, aunque las bacterias pueden persistir en esta fase, su número disminuye significativamente tras la segunda intervención. Este hallazgo refuerza la importancia de completar el tratamiento con precisión, asegurando que la eliminación final de la caries sea minuciosa y efectiva.

Además, la dentina reparativa, formada entre ambas etapas, actúa como un escudo natural para la pulpa. Esta «dentina terciaria» es dura, de color marrón y proporciona una barrera adicional contra los agentes externos.

¿Por qué realizar una TECE?

La principal ventaja que veo en la TECE es su capacidad para reducir el riesgo de exposición pulpar. En comparación con el recubrimiento pulpar indirecto (RPI), donde la excavación es más profunda desde el inicio, la TECE ofrece una alternativa más segura y conservadora. En mi práctica, esto ha significado un porcentaje menor de complicaciones y mayor satisfacción tanto para los pacientes como para mí como profesional.

Sin embargo, la técnica no está exenta de retos. La necesidad de un sellado efectivo, tanto en la fase provisional como en la restauración definitiva, es crucial. Cualquier descuido en este aspecto puede comprometer el éxito del tratamiento, ya que permite la infiltración bacteriana.

Debido a estos retos, es muy importante conversar abiertamente con los pacientes sobre el tratamiento, sus posibles resultados y los pasos a seguir en caso de que falle, para controlar las expectativas de este.

¿Hacia dónde vamos?

Si bien la TECE ya ha demostrado su eficacia en estudios clínicos, creo que aún hay espacio para la innovación, especialmente si la comparamos con técnicas como la eliminación selectiva.

Por ejemplo, un metaanálisis realizado el año pasado comparando ambas técnicas a lo largo de 9 estudios donde participaron 1550 pacientes con caries profundas, donde el tratamiento exitoso fue el resultado primario, mientras que la exposición pulpar, la extracción dental, la necrosis pulpar, la pulpitis y el tratamiento endodóntico fueron los resultados secundarios, parece indicar que la eliminación selectiva es más efectiva al momento de tratar caries profundas. Aunque estos avances son prometedores, todavía necesitamos investigaciones a largo plazo para validar su impacto real.

En mi opinión, la TECE es un recordatorio de que, como odontólogos, debemos priorizar la conservación y la biología natural del diente siempre que sea posible. Al optar por técnicas menos invasivas, no solo protegemos la pulpa, sino que también ofrecemos a nuestros pacientes un enfoque más sostenible y respetuoso con su salud bucal.

Estoy convencida de que, al seguir explorando y perfeccionando técnicas como la TECE, podremos redefinir lo que significa ofrecer una odontología de calidad. ¿Qué opinas tú? ¿Has experimentado con esta técnica en tu práctica?

 

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Referencias:

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